sábado, 12 de mayo de 2012

Julio Vélez. La palabra labra la palabra

Para comenzar esta entrada debo decir que llevo tres años asistiendo a un taller de escritura creativa. He conocido gente maravillosa que me han hecho una persona diferente - miento - me han ayudado a ser más yo que nunca. Mis amigos los "literatos". 
Hoy hemos acompañado a uno de ellos, Alejandro, a la presentación de la antología poética de Julio Vélez, gran amigo suyo, de Eduardo Galeano, y otros personajes como Tony Geist, que he conocido hoy. En La Carbonería, sitio sevillano emblemático, hemos disfrutado de un agradable - y caluroso - rato conociendo a este autor y su obra. Publicó 4 libros de poesía y dejó 2 inacabados. 
Tony ha dicho algo sobre los poetas que me ha gustado mucho, según él hay dos tipos: los que convierten la experiencia vivida en palabras, y los que crean poesía en su vida, en su día a día, con los suyos. Dice que Julio era de los dos. Creo que debe ser algo precioso poder crear poesía con palabras y sentir que la creas con miradas y experiencias. También han dicho en la presentación que también existen los poetas que croan mirando a la luna. Yo, que no me considero poeta, aunque a veces escribo poesía, no quiero croar a la luna con poemas fáciles, me gustaría mirar la luna por las noches y a los ojos de las personas de día, y a partir de ahí...crear poesía. Como Julio. 
Su hijo nos deja uno de sus dichos favoritos:

Solo odio a la muerte cuando la pienso en vosotros

Otro muy acorde a los tiempos que vivimos:

Pueden quitarnos el agua, pero no nos quitaran la sed

De golpe, descubrí un día que los poemas 
no son más que gotas de lluvia contra 
el ataúd de la muerte. Desde entonces 
supe que los frutos del árbol sagrado 
que desde pequeño habitaban en mi alma, 
habían madurado a la vida. El sol 
se había injertado en ellos y me descubrí 
envejecido con fortuna. La ciudad me mostró 
sus resonancias más íntimas y el olor 
del azahar impregnò mi mirada. 
Abracé en una caricia a mi amigo 
y felices nos adentramos en la noche 
luminosa y alcohólica. La ciudad 
selló sus puertas y me quedé sólo en el pórtico. 
Mis flechas las continuaré lanzando aguerridas 
contra las columnas y las almenas.


Y yo,  de madrugada, solo puedo decir una cosa,

Se arrastra, por dentro, como la marea que lleva las olas a romper - al corazón - a estas horas.


7 comentarios:

  1. Sabía e imaginaba que trabajabas la escritura...

    Supongo que sí, que la poesía se labra en lo cotidiano, en la palabra y las miradas que nos brinda el instante.

    Me cansan también las lunas y los cisnes, la metáfora aprendida desde las clases de literatura desprovistas de desgarro.

    Un beso,Ana.

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    Respuestas
    1. El taller no es trabajo, es ocio y tenemos una estupenda profesora, peeero, si es verdad que la escritura forma parte de mi trabajo diario. Un beso, Eva

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  2. Es una gran aportación, que denota tu talante poético...

    Saludos
    Mark de Zabaleta

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    Respuestas
    1. Gracias Mark...no hace falta que seas anónimo, ocurre lo mismo...pero me encanta que comentes. Un beso

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  3. "Solo odio a la muerte cuando la pienso en vosotros" es el verso correcto desde la obra de Julio Vélez. Gracias.

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  4. Fue un gran poeta, un gran profesor y una persona humanísima y especial. En los poemas de Julio Vélez hay más vida que en la obra de la mayor parte de los poetas vivos. Saludos.

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