A veces en tu vida, por casualidad, entran personas que son completas desconocidas, y sin saber cómo, te enseñan, te aportan, te hacen pensar, y muchas te hacen sentir. A veces están cerca y a veces no. Son estas personas las que más granitos de arena dejan en tu playa, pero nunca sabes si se quedarán para siempre en tu vida o serán almas pasajeras, a veces amigas, a veces compañeras, a veces solo presencias.
Por mucho que se desee, no se pueden retener, ni se debe querer, simplemente dar las gracias porque aparecieron. Las que calan, siempre se quedarán dentro.
Ana:
ResponderEliminarAdscribo por completo a tus palabras.
Tengo para mi como una virtud a esa costumbre de intentar siempre comunicarme con la gente.
No solamente aquellos que tengan intereses parecidos a los míos o pertenezcan a mi grupo social son dignos de atención; he aprendido muchísimo de la gente más impensada.
El poder vislumbrar sus puntos de vista, me ayuda siempre a ampliar las posibilidades de comprensión de hechos que son invisibles a mis ojos.
En este blog, siempre sorprendes con tus observaciones.
Chau, hasta pronto.
Es importante conocer y dejar que te conozcan.Tus palabras siempre muy acertadas.
ResponderEliminarUn saludo.)))
Es cierto. Hay gente que pasa por tu vida como un ángel.
ResponderEliminarY luego, hay que dejarlas partir.
Besos, Ana.