Mi camino empieza aquí
donde el viento cambia el rumbo.
Aquí con rostro nuevo,
aquí con manos nuevas.
Alterando el hilo que despunta de la ilusión.
El sueño es la cueva donde me quiero esconder.
La señal es agua. Agua.
Que se cuela por los surcos de la tierra,
que se cuela en tus cicatrices,
se desparrama cuando la vierto
en lo infinito el alma.
O en los días, en las causas, en manías,
y la quiebran por la mitad.
Sigo en el sendero,
transformando el sueño,
reparando la señales.
Y busco mi refugio.
No importa dónde.
Seguramente es quién.
Es hermoso el principio de un camino y tus letras también
ResponderEliminarUn beso
Gracias, un saludo!
EliminarAna:
ResponderEliminarEn ese nuevo sendero, de nuevo rostro y nuevas manos, seguramente se llegará al refugio.
Ese lugar tan deseado... y merecido.
Muy bonita poesía.
Hasta prontito.
Gracias Arturo por estar ahí.
EliminarUn bello poema de renovación !
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta