jueves, 19 de julio de 2012

Pesadillas


Algunas noches en las que me quedo sola tengo pesadillas, son sueños tormentosos, que me desvelan a un estado semi-inconsciente donde el corazón palpita más rápido de la cuenta pero aún estoy con esa sensación de no poder mover un músculo, donde entreabro los ojos y veo sombras, y estoy con un pie en la realidad y otro en las tinieblas. Os diré que odio esas noches. Al final siempre acabo encendiendo la luz del pasillo. Pero se queda un mal sabor de boca, una sombra pegajosa que no deja descansar; son pocas, pero duran mucho. Pesadillas.
Por supuesto también hay noches donde los sueños son de una realidad pasmosa donde disfruto del calor y la compañía de alguien especial. Esos me gustan más, y dejan un rastro más largo que dura días.




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