viernes, 24 de agosto de 2012

De insectos y roedores

Como estos días no he estado nada inspirada os voy a contar una historia que me pasó cuando era pequeña. Va de insectos.

Era el verano de 1984 y mis padres alquilaron una casa en el campo. Nos pasábamos las horas en la piscina y recorriendo los alrededores (a ver quién deja ahora a sus hijos que vayan solos a recorrer caminos aislados). Uno de mis hermanos mayores, no diré cuál, él lo sabe, estaba investigando agujeros en los árboles. Yo tenía 5 años, él 9. Con una sonrisita me dijo: Ana, mete ahí la mano que creo que hay un tesoro.
Yo metí la mano, claro, y estrujé un nido de avispas. Lo que pasó es evidente. Me picaron, muchas, por todos lados. Lo curioso es que no recuerdo que doliera ni nada parecido, lloré, pero del susto. Como estábamos en medio de la nada, rápidamente me pusieron un remedio casero, recuerdo que fue mi abuelo el que lo hizo: barro con vinagre. Y me llevaron al médico, pero de eso no me acuerdo, sólo recuerdo meter la mano, el árbol, la luz del día y estar sentada en un escalón con  montoncitos marrones por todos lados. En fin, ése ha sido mi flash back de hoy, veranos de la infancia, cosas que se quedan en nuestra memoria.
Últimamente aparecen muchos insectos en mi casa, una lagartija se ha venido a vivir con nosotras, es pequeñita y le corté el rabo sin querer. También nos hizo una visita un escarabajo verde. Y la última adquisición ha sido un roedor, pero no, no tengo ratones en casa, es un hamster con su jaula, que se asemeja a una mansión ratonil, con dos plantas y todo. Cosas de niños.






2 comentarios:

  1. Qué linda la foto! Me encantan los hamsters, de chiquita tuve un montón.
    No conocía ese remedio casero, barro con vinagre. Es bueno saberlo.
    A mí avispas nunca me picaron, pero sí un montón de abejas, y duele muchísimo, además de que te tienen que sacar el aguijón.

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  2. Tengo el recuerdo de un olor nauseabundo en el patio de mi colegio. Mi amigo Julián me invitó a meter la mano en un tubo metálico y le hice caso. El tacto era agradable así como la temperatura del agua. Cuando saco mi mano, esta llena de cieno y huele repugnántemente...a veces me viene ese olor cuando menos lo espero.

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