viernes, 17 de mayo de 2013

Lloviendo al corte

La lluvia de hoy ha venido a refrescar mi cerebro reblandecido y gomoso por todas las estupideces y martilleos que se suceden en la desembocadura de un camino que parece que no tiene fin. Si es que se ha entendido algo. Que no tiene por qué. Incesante palpitar de venas. Sucedáneo de errores por venir, evitando males mayores. Que ya están. Alpargatas de cartón mojadas en la sensibilidad que me hace a mi. Y agota. Y me detona. Y me distingue. De las cabezadas y asentimientos de los demás. Como muñecos de cuello de trapo. Ladeados. "Ya no me quiero quedar, ya no me quiero volver". Y un mar tan grande como todas las gotas de lluvia desde el principio. Y las que resbalaron por mis estelas. Que me lo quiten de dentro y lo derramen donde haga falta. Si es que no sirve. Precioso. Pero no llega. Para qué. Se lo regalo al infinito. Ni siquiera se me concedió una vez más. Ni la duda. Ni la oportunidad. Y hoy que sigan cayendo chispas.

http://www.johnnypugsley.com/



4 comentarios:

  1. ¿Cuántas oportunidades deben darnos? ¿Cuántas debemos dar? Llueve y te mojas ¿Importa a caso? Cuando todo sale mal, quizá tenga un sentido lo busquemos o no de algo servirá. ¿Quieres una más?

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  2. Todo importa, lo importante es lo que tú eliges que te importe. ;) Yo siempre me mojo, caiga lo que caiga.

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  3. Ana:
    Detesto la lluvia; pero, más detesto no hacer nada por culpa de evitarla.
    Un gran abrazo.

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