lunes, 19 de marzo de 2012

Matar a un ruiseñor

En mi reciente inmersión en el cine clásico he visto otra de las grandes recomendadas: "Matar a un ruiseñor", con un fantástico Gregory Peck. Guapísimo abogado.
Yo pensaba que iba a ser una película larguísima entre juicios y discusiones legales y morales. Pero no. Me sorprendió que la primera parte de la película se centrara sobre todo en los niños, en cómo el padre viudo, Aticcus,  trabajador, bien reconocido y respetado de un pueblo sureño en plena depresión económica, inculca a sus hijos respeto por los demás, sea quien sea. Y la vida de los niños de entonces, un verano en el que poca cosa hay que hacer, salvo jugar con los vecinos y averiguar historias del misterioso hombre de la casa de al lado que nunca sale.
Al abogado le dan un caso "perdido". Un joven negro acusado de violación a una mujer blanca. Él acepta y además cree en la inocencia del acusado, tal y como lo demuestra en el posterior juicio. La cosa va de los prejuicios de entonces, cuando se separaba claramente a los negros de los blancos en todos los sentidos. De la incultura y el odio que la gente tiene metida en el alma. Sobre todo eso, de la gente mala sin razón. Del rencor. No me esperaba el final, la verdad, y me caían lagrimones como puños, también estaba yo sensible esa noche, pero qué triste, y qué real. Y el segundo final, el "ruiseñor" que salva a los niños del hombre malo. El que nunca sale. El vecino que se esconde. Por autismo, imagino. Pero en toda la película deja pistas alrededor de su simpatía por ellos, no deja de vigilar a los niños. 
La única escena que no me gustó demasiado porque la vi muy forzada e inverosímil es cuando un grupo de hombres del "pueblo" quieren apalear al pobre hombre de color que está en la cárcel y la niña de 6 años, hija del abogado que está custodiándolo, les suelta un sermón y ellos se van cabizbajos. En fin. Nada es perfecto. Pero la película me ha gustado muchísimo y la volveré a ver. Hay que repetir las pelis que merecen la pena. 


PD. También he visto "La fiera de mi niña" pero he de reconocer, que aunque me la habían puesto por las nubes, divertida, para no parar de reír, yo debo ser una sosa de cuidado porque a mi no me gustó nada.

2 comentarios:

  1. Y que guapo Gregory Peck¡¡¡

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  2. Las dos películas que mencionas son dos clásicos de los imperdibles cada una en su género.

    No pueden no gustar...
    Besos, Ana.

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