Tras una idiotez, viene otra

Después de escribir la idiotez de antes, que bueno, es real e irónico como la vida y tiene un trasfondo más complejo tras la apariencia sarcástica, voy a buscar mi pared y ponerme a pensar, que casi no he tenido tiempo esta última semana. 

Voy a hablar de algo universal, el amor y las relaciones cuando se superan los 30. ¿Realmente es tan simple como se quiere o no se quiere? Por lo visto no. Debo decir que a los hombres les falta últimamente un poquito de arrojo, de chispa, de cortejo, vamos, que no se arriesgan para nada. ¿La razón? No la sé, miedo, pereza, comodidad...y otras cosas. He hablado últimamente con algunas amigas, y todas menos una coinciden en un concepto: están decepcionadas y no quieren volver a intentar algo serio. Solo quieren un "soporte", unas risas, unas emociones de ir y venir. Suena fatal decirlo así, pero ahora las mujeres somos independientes, formadas, y parece que no necesitamos a nadie. Yo debo ser un bicho raro, las admiro, de verdad, las envidio, pero yo si quiero algo más. Seré tonta. Otra amiga me da la razón, pensamos que sí queremos compartir no sólo ratos con alguien, sino mucho más, y no hay que dejar de ser independientes ni individuales por ello. Pero ¿hay algo más emocionante? ¿Qué hay mejor que compartir la vida? 

Yo quiero una cosa, la quiero mucho, pero mucho mucho, y dicen que cuanto más lo piensas y quieres, más tarda en venir. Por otro lado dicen que si deseas algo con mucha intensidad pues lo consigues. NI UNA COSA NI OTRA. Se intenta, a veces viene rápido, a veces tarda y a veces no llega nunca. Mientras la vida sigue, supongo que lo importante es no volverse gris ni opaco.