miércoles, 11 de julio de 2012

A vuelapluma

"Yo escribí para que me quisieran: en parte, para sobornar, y, también en parte, para ser víctima de un modo interesante. Para levantar un monumento a mi dolor y convertirlo, por medio de la escritura, en un reclamo persuasivo"
Adolfo Bioy Casares, novelista argentino


A veces salen las palabras a vuelapluma, otras se atascan, empujándose unas a otras, y no dejan escapar ni un triste suspiro. A veces miro un punto fijo en la pared y paro de escribir, dejo el lápiz en mi regazo, y muerdo una uña inconscientemente, mientras la pared se convierte en un mundo de colores cambiantes, recuerdos vivos, sueños de la noche anterior o ilusiones ópticas y boberías. Vuelvo a sostener el lápiz y el grafito se esparce por el papel, lo llena de borrones, de tormentas y de sinsentidos. ¡Cuántas ideas me da mi pared! Cuántos lápices gastados y libretas llenas de paja, donde se esconden agujas que luego tengo que rescatar. Cuántos secretos escondo en cada palabra, o anhelos, o flechas con veneno, mentiras, señuelos...



4 comentarios:

  1. a mí me inspira mas el techo...
    que me ha encantado!
    muchos besos!!

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  2. El techo no deja de ser una prolongación de la pared :) así que lo mismo es, besos chica de ojos marrones

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  3. Son palabras que salen del corazón.

    Saludos
    Mark de Zabaleta

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  4. Las paredes tienen ese don de ser las musas de los poetas.
    Agrietadas, desconchadas, y con motitas... son toda una fuente de inspiración.

    Besos, Ana.

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