miércoles, 29 de agosto de 2012

Poesía para mancharte

Cuando me manché las manos,
dime,
cuando las manché,
¿sabes dónde dejé el rastro?
Lo dejé en papel cargado de besos,
¿acaso no lo viste?
Me manché y dejé un rastro en los adoquines,
los mismos que pisas cada día.
Dejé manchas en cada pez que navega por tu acera.
Cuando me manché,
¿viste que también quise mancharte?
Te dije, mánchate, sube, ven.
Puse manchas cada día en mis pensamientos,
y luego manché cada verso para mandarte.
Manché las gotas de lluvia,
las hojas que crujen,
el deseo de la nieve blanca
que nunca vemos caer.
Manchas en cada brisa y en cada intento,
¿las viste?
Y ahora, manchas de cristal
que se acumulan cada día, manchas en el mar.

Sacaremos agua fresca para borrar, limpiar, salpicar, y luego...volveremos a manchar.





3 comentarios:

  1. Tu trazo siempre queda...

    Mark de Zabaleta

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  2. Ana:
    ¡Qué linda entrada!
    Es un poema maravilloso, lleno demagiaa y misterio, que se devela al final.
    Lo leí intrigado por esas manchas, hasta que me aclaraste el concepto en las postrimerías.
    Si bien la temática es triste, esto no le quita belleza.
    Te envío un gran abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Huella negra
    de tí,
    de mí,
    del recuerdo...
    Tan negra como mi noche.
    Tan espesa como el sentimiento.
    Tan ligera, que vuelas dentro de mí...

    Eternamente el amor.

    ResponderEliminar

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