Otra vez en mi mano vuelve a caer una estrella
que me mira burlona.
Sonríe y se va. Me esquiva.
Me deja gotas frescas. Rayos de sol.
Que no calientan.
No le hago caso. Pero me inunda su destello.
No la quiero mirar. Pero acabo pellizcándola.
No la puedo atrapar. Y no la pierdo de vista.
Estrella que viene y va.
Vete y no te marches.
Quédate y vuela.
Piérdete en esta mancha de piel que lleva mi nombre.
Y no.
Cuando ya se sabe todo, volver a volver es una tiranía.
Cuando vuelvas a posarte, estrella inquieta,
que sea de frente y des calor.
Cuando te quieras quedar,
échame de menos.
Y entonces... pídeme la luz.
Hola ANA,
ResponderEliminarLas contradicciones siempre son confusas... pero tienen un encanto especial.
Me llevo la estrella y te dejo un abrazo
Bueno...te la presto un rato. Pero luego me la devuelves. ;)
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