lunes, 2 de septiembre de 2013

Día 2

Prácticamente llevaba dos días sin comer, así que he salido a buscar un sitio decente donde alimentar mi estómago. El resultado han sido unas coliflores duras con algo que se parecía a chorizo, un pescado requemado con patatas fritas de ayer, una ensalada —triste, pero sana— y una cosa que por aquí llaman Pan de Calatrava. Y por supuesto una coca cola light. Bueno, mi hambre ha quedado saciada, de hecho me dolía el estómago. 

Esta ciudad es aparentemente educada y pulcra, y yo hacía demasiado tiempo que no me ponía tacones nuevos para ir a trabajar. Conclusión: no me queráis ver los pies ahora. No sé cómo curarlos. Hay sangre por todas partes.Y me niego mañana a usar los mismos zapatos. A principios de verano me compré otros en un chino muy bonitos y muy baratos y muy cómodos, ellos serán los elegidos, al menos para mañana, y seguramente hasta que llueva, truene o hiele. Elegí esta ciudad entre otras cosas porque era más barata, pero debo ser lela, porque ayer me senté en una terracita moliente y corriente donde me sablaron 1'50 euros por un café. Echo de menos el Emilio de la calle Asunción. A Julito con sus cuentas. Le voy a pedir un franquiciado para abrirlo aquí. 

La otra parte es que he decidido ponerme en forma, más que nada para no morir de sopor en las tardes, y me he apuntado a clases de pádel. Pero yo no he hecho deporte en mi vida, por lo que no tengo ropa adecuada, creo que voy ridícula. Y no tengo calzado a propósito. Así que volví a los chinos y compré un par de zapatillas deportivas negras por... ¡6 euros! ¿Creéis que aguantarán más de dos días? Yo no lo sé, pero en cuanto pueda iré al Decathlon o a una tienda de aquí al lado que las venden a precio de oro.  Me pide el monitor que lleve la pala —obvio—, una toalla y agua. He pensado mucho en la toalla, sé que es para quitarse el sudor. Lo que él no sabe es cómo suda mi cara cuando se somete a un esfuerzo, y con este bochorno no lo quiero ni pensar. Entraré en combustión. Y tampoco le contaré la tendinitis que tengo en el hombro izquierdo, por cierto soy zurda, ni mis pies sangrantes. Posiblemente esta noche duerma muy bien. Es lunes. Es más que probable que me pase el fin de semana en cama.

__________________________________________________________

Ya es después.

Ahora resumiré en unas palabras mi primera clase de pádel. He llegado tarde, ¿por qué? Porque me he pasado la parada del bus y he ido a parar a una especie de descampado, algo así como San Jerónimo a la alicantina. Así que media vuelta. Después de perderme de nuevo buscando las pistas, esta vez andando, quiero agradecer el talante y buen hacer de mi monitor, simpático, agradable y comprensivo con una tarada como yo. Supongo que al verme le entraron las siete risas pero lo ha llevado muy bien y yo lo he hecho lo mejor que he podido.
Si, le he dado a las bolas. Si, muchas veces, algunas hasta bien. No, el golpe de revés no se me da bien. De hecho se me da muy mal. No tengo fuerza en la muñeca. Solo hice dos o tres bolas bien. Afortunadamente hay unos tubitos muy simpáticos llamados recogepelotas que sirven para no deslomarte, lo cual agradezco mucho porque si no habría acabado en el hospital.

En casa no tenía comida, he parado en un bar a por una tapa para llevar, había carne con tomate, lo que todo el mundo conoce como carne con tomate, y le he dicho, una tapa de carne con tomate, por favor. Entonces el camarero me ha contestado: no no, eso es magro con tomate. Bien. Es carne con tomate ¿no? Pues eso.

Los zapatos me apretaban en las puntas. Los chinos tienen los pies pequeños. Lo olvidé. Quiero gritar. Punto.





8 comentarios:

  1. A esta mujer hay que darle un empujoncito.
    A ver... je, je.
    1- Un tacón se lleva, y muy alto, pero con unas manoletinas siempre en el bolso... Eso lo saben hasta las chinas.
    2- El menú no sé yo, casi mejor hubiese sido que hubiera ido al chino a comer y comprarse a cambio unos panes de Calatrava para los pies...

    3- El pádel es un comienzo... siempre puede cambiarlo por la bici estática con los cascos puestos e ir lanzando pelotitas al azar.

    Sonrío.

    La verdad es que cuando las cosas se tuercen, los días malos se suceden y hay que seguir dándole al pádel y a lo que se presente y acabar por reirse.
    Pobre camarero... jajajajaj

    Besos, Ana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajaja gracias Eva. El día no ha sido malo en si, solo con anécdotas. Y por supuesto lo he llevado con estoicismo y con una sonrisa. El pádel me ha gustado, no lo cambio por una bici estática ni loca. Besos

      Eliminar
  2. Muy bien por el padel. Sólo una cosa: constancia! no lo dejes. No se cuantos días lo haces a la semana. Supongo que dos o tres. Más no, no te vayas a quemar. Los sobreentrenos son fatales.
    Estoy seguro que esa ciudad, te va dar muchas sorpresas. Estaré muy atento; el empiece ha sido bueno y no hay nada como ese humor sevillano. Me has hecho pasar un rato muy agradable con esas anécdotas. ;)
    Un beso Ana :)

    ResponderEliminar
  3. Como profe de pádel de Ana tengo que decir que pese a no haber jugado a este deporte lo hizo bastante bien y estoy seguro que cada día mejorará en el golpeo.

    Un saludo Ana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Graciassss. ¿Veis que no lo hice tan mal? Si lo dice el profe... es verdad.

      Eliminar
    2. Si es que ¡tú vales mucho, xiqueta!

      Eliminar

Te gustará también

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...