domingo, 28 de abril de 2013

Si no crees en nada, te creerás lo que sea

Hoy paseando por la calle se ha armado una buena. Un señor se quería tirar de un cuarto piso. No es que se haya arremolinado mucha gente alrededor porque no eran horas, pero si la suficiente. Los del bar de abajo miraban hacia arriba con asombro y miedo, también algo de buena adrenalina ha empezado a correr por sus venas. Centrémonos en el señor suicida, no era un desahuciado, ni un parado, ni un hombre abandonado por su familia. Simplemente no tenía familia, ni amigos. Un venerable anciano de 92 años se quería lanzar al vacío. No me cabe duda que con esa edad se hubiera roto todos los huesos como si fueran de plastilina. El caso es que su vecina, que tenía la llave de la casa ha entrado para verlo, o vigilarlo, o para llevarle la comida, yo qué sé, y se ha encontrado el pastel. Otro vecino de dos balcones más allá, un joven muchacho, no ha dudado ni un segundo y se ha puesto a saltar balcón por balcón recorriendo toda la cornisa. Sí, eso que pensamos que sólo se hace en las pelis. Mientras, uno del bar ha subido al piso y entre los dos han intentado detener el acto. No ha sido fácil, el señor mayor era robusto, muy grande. Pero finalmente ha sucumbido a la fuerza de dos jóvenes especímenes de su misma especie. — ¿Por qué me habéis detenido? ¿Por qué si yo ya no quiero seguir viviendo? —.

¿Cómo le quedaban fuerzas a esa hombre para poner un trágico final a su vida saltando la reja si apenas veía? Supongo que su vida y su soledad ya eran suficientemente trágicas.



5 comentarios:

  1. Buenas noches amiga.
    Quizás para quitarse la vida no haga falta asomarse al balcón. A veces la gente tiene un vacío mas hondo por dentro. En mi pueblo llevamos este año algún suicidio que otro pero aquí, se estila más el ahorcamiento.
    El dolor de la soledad araña el corazón de las personas. La angustia de verse completamente solo en el mundo hace que se cometan locuras. No hace mucho, una mujer me dijo con toda sinceridad que ya se quería morir. Mi reacción no fue consolarla ni tampoco darle ningún calor porque me convertiría en un hipócrita. Conozco sus padecimientos y lo terrible que ha sido la vida para ella y más terrible será si no muere pronto. Hace unos días ya no podía hablar ni andar porque la enfermedad la va consumiendo poco a poco. La cogí en brazos para entrarla en su casa y me dijo tres veces con una voz que se apagaba: gracias, gracias, gracias...
    Es increible lo que una persona puede soportar el dolor hasta que llega a la determinación de quitarse la vida. Que Dios nos libre.
    Imagino a ese hombre y su soledad, y también a los del bar para tener algo de qué hablar entre cubata y cubata.
    Los malos tiempos que se acercan, se van a notar mucho en la calidad de vida de la gente mas propensa a esos tipos de angustia. Pienso en la necesidad urgente de cambiar el estilo de vida que llevamos mediante una buena educación; que la gente cuide más sus adentros que sus afueras; que valoren lo que siempre soñaron para hacerlo realidad. Reconozco que hacer las cosas bien hechas, no resulta nada fácil pero, más difícil es salir de una depresión.

    Buenas noches amiga.

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    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario Domingo. Los malos tiempos no se acercan, ya están aquí y pueden empeorar, tienes razón, la gente propensa a la angustia lo pasará mal. Saludos

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  2. El dolor, la angustia y la desesperación....llevan a situaciones límite !


    Saludos
    Mark de Zabaleta

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  3. Hola Ana,
    La soledad es una de las tragedias de este siglo. No nos han enseñado a estar solos y es muy duro. Pensar que no le importas a nadie, no ver ninguna salida más que la muerte... Pero siempre se puede hacer algo, siempre tenemos algo que dar, pero no siempre somos capaces de verlo y necesitamos a alguien que nos escuche y nos haga recapacitar. Ese alguien no siempre está.

    Un abrazo

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  4. Ana:
    Pese a que siempre me ha llamado la atención, jamás he podido comprender a los suicidas.
    Supongo que antes del acto final, ya murió la voluntad.
    Un gran abrazo.

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