viernes, 8 de agosto de 2014

¿Para qué?

Tengo una cicatriz enorme. Mide 22 centímetros exactos. Podría ser mi trofeo de guerra. 
Pero no lo es.

  Ya sé que dicen por ahí que la cicatrices del corazón, del alma y todo eso. Para qué decir más si todo el mundo lo sabe. ¿Cuándo dejan los demás de pasarlo mal, de resentirse, de resignarse? Una que intenta ser fuerte, pues lo nota. El tiempo pasa y pone las prioridades en orden, le pesen a quien le pesen. Pero... ¿y los que siguen con esa inercia cual babosa arrastrándose por un camino inevitable que le ha tocado vivir? A veces los hemos intentado ayudar, animar, moverlos con carros y carretas... pero no se puede. Sea lo que sea, depende de uno mismo, ya pueden tener diamantes delante, que solo verán carbón.

  Yo tengo un entrenador personal de jornada intensiva todos los días del año. Uf, qué maratones me hace correr, arriba, abajo, llantos, risas. Y sigo. Podría haber abandonado hace mucho. Puede que quizá lo haya intentado en un par de ocasiones, o tres, o cuatro. Pero es lo que tiene un entrenamiento duro. No duro, durísimo. Que o te cansas y lo mandas a tomar viento, o sigues y sigues, aunque sea con agujetas, aunque truene, llueva, aunque no tengas ningunas ganas de seguir, aunque duela todas las heridas que te has hecho. ¿Y al final? Todos suponemos que habrá una recompensa. Pues no. ¿Quién dice que la tiene que haber? La recompensa en todo caso es elegir el camino, el entrenamiento. Seguir. Puede que un día ya no tenga heridas de todos los esfuerzos, arañazos, desgarros, roturas. ¿Qué queda? El saber. Conocer. Haber hurgado tus límites. Traspasarlos. Contar hasta diez mil y parar. Pero llegar hasta diez mil. Han sido muchos meses contando. Descansar, contar, seguir, y así. Pese a todo, sigo aquí.

  ¿Y para qué?
 Para él. Para el alma. Para soñar estrellas. Para todo. Para vivir. Para romper. Para ser diferente. Para los monstruos. Para la gloria. Para las cicatrices. Para nada. 


3 comentarios:

  1. Pues mi entrenador personal me ha abandonado. Dice que lo mío es imposible, que se va con alguien como tú.
    Abrazos, siempre

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Amando. El mío también dice que es imposible, pero... aquí estamos. Abrazos y besos.

      Eliminar
    2. Motivador, hermoso y realista. Adelante siempre adelante. Un abrazo.

      Eliminar

Te gustará también

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...