Agradecida a la cebolla que me hace llorar, al aceite del árbol del té por inundarme la nariz de su intensidad, a la subida de la luz que me hace comprar velas, a la lluvia porque me moja los pies siempre, al conductor del autobús 101 porque pone a los Dire Straits cada día, a Amelie porque tiene los ojos bonitos, al IKEA por enseñarme que hay que empezar de cero cuando llevo la mitad, bendita paciencia, a la pimienta de colores del Mercadona por sazonar mi cocina, a las moscas que no se quieren ir de mi salón por hacerme bailar, a la Coca Cola por darme burbujas en la barriga, a mi edredón de plumas que me permite dormir sin nada, al sacaleches eléctrico que me hizo entender que no somos vacas, a la medianoche que me da sueño, a los programas de decoración de casas por reirme de lo hortera que es la gente, a las persianas entreabiertas por las motitas de polvo, a los escritores por la tinta derramada, a los blogueros porque todo es posible, a las medias tupidas porque me hacen bonita, a la espuma del baño por llevarme a donde quiero... a tí porque sí.
pequeñas cosas que son importantes, pero que siempre se nos olvidan a la hora de dar las gracias ;)
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