Me gustan las pelis de los 80 y 90. El manga y los dibujitos redondos. Me gusta la risa que te hace llorar, tan poco frecuente, que te hace daño en el estómago. Me gusta el humor negro y la ironía. Me gustan los Snickers, y la coca cola light. Me gusta leer en la cama y cuando se me cierran los ojos con el libro abierto. Me gusta mirar a la gente a los ojos, y siempre, siempre, sonreir. Me gustan los juegos de palabras y los hoteles, las sábanas tan estiradas y los desayunos. Me gusta la bruma mañanera y me gustan las estrellas tan poco visibles ahora. Me gusta cuando un niño se ríe sin complejos. Me gusta la inteligencia y las ganas de sobresalir en algo. Me gustan los detalles, las insinuaciones y el valor. Me gusta tu mirada. Me gusta cocinar verduras y el olor a tierra mojada y castañas. Y el de la pintura. Me gusta el salmón y la calabaza. Me gusta la madera. Las fotos antiguas. Los pendientes pequeños. Dibujos e ilustraciones. Me gustan las letras. Mi sofá. El olor a coco de las cremas de verano. Me gusta el Atlántico porque está más frío. Los chamanes. Las miradas sin palabras. Me gusta ser mirona y curiosa. Me gustan los baños de espuma. La soledad escogida. Los paseos contigo. Me gustan un par de zapatos nuevos y un lunar en mi espalda. Esa chuche con forma de corazón y sabor a melocotón. Las tormentas con rayos. Me gustan las sorpresas y los gestos pequeños. Me gusta inventar palabras.
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