Por favor, sea breve, dijo el capitán. El verdugo afiló el hacha y lo decapitó. El alcalde y sus amigos, cubiertos de joyas, senreían por haber dado justicia a aquella rica familia de la plantación. Los señores de la plantación sonreían por haberse quitado de encima a aquel viejo lobo que conocía sus secretos. El criado criollo de los señores sonreía porque aquel capitán le había contado sus secretos antes de caer en la trampa. La hija del señor sonreía porque odiaba a su padre y se iba a fugar con el criado que sabía el secreto; y la familia del pobre hombre de mar lloraba por la pérdida de su sustento.
Premio de microrrelatos "Por favor, sea breve".
No hay comentarios:
Publicar un comentario