Vivir no debe ser una opción por encontrarse en una parte del mundo u otra. Vivir debe ser lo mismo para todos. Que la existencia de una persona se pueda limitar a que le caiga una bomba encima o no, o que le acribillen a balazos o no, no es de razonamiento humano, así que me pregunto ¿desde que el mundo es mundo y el hombre razona somos más animales? Que las tragedias humanas hayan pasado de ser algo excepcional a algo diario a todas horas, y lo peor, que nos acostumbremos tanto a ello, no concuerda con la palabra vida. Que el destino de la mayoría lo decidan unos pocos no es de recibo. Que se puedan usar armas, torturar, matar, juzgar, mutilar etc es inhumano y no debería siquiera formar parte de la existencia como la conocemos. Porque lo que va a ocurrir es que acabaremos inmunizados al dolor, muchos ya lo están, y como la vida es cíclica, pasará de unos a otros, de unas naciones a otras, será un péndulo de dolor que les tocará a unos a otros mientras nos matamos y volvemos insensibles.
Que vivir dependa de una casualidad si vives en una zona afectada por guerras, ocupaciones, dictaduras, es una negligencia del ser humano. ¿A quién pedimos cuentas? Que la sangre corra y corra por las calles, que se derrame diariamente y el sufrimiento gane premios de fotografía, de periodismo, y no sea algo ficticio en novelas, en películas, en teatro, es triste. Que la gente no tenga fe en nada ni en nadie, que ya se mire a otro lado, que pasemos de reojo y de puntilla sin implicarnos, que...que...ya no hay pasión por vivir cuando no se trata de luchar por sobrevivir. Que lo tenemos todo aquí y cada vez se escucha menos, nos tapamos oídos, boca y ojos. Porque dar la mano parece que es de cobardes, o lo peor, es que ahora no me viene bien.
Mañana, por si acaso, hablaré de comidas o de modas o pondré algo de risas, no vaya a ser que empecéis a ver de reojo mi blog por hablar de cosas incómodas.
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