Ya he visto dos pelis de Billy Wilder. Irma, la Dulce, ha sido la segunda.
Tengo una cosa en común con Irma, y no es la profesión.
Entre tanta media verde y tanto inglés y tanto Moustache me perdí entre las vísceras de los pescados y las cabezas de cerdo. El pobre policía reconvertido a la vida de suburbio no sabe cómo hacer para pasar más tiempo con Irma y que sólo sea él el que la toque. Irma, por su parte, quiere ganar más dinero para dárselo a él sin entender que él no quiere su dinero, que solo la quiere a ella. Pero hay un conflicto de ideas, pues para ella su honor y su amor se mide en cuánto le paga a su chico para que sea el mejor vestido y el mejor posicionado. Él, por su parte, quiere una vida de pareja normal, pero ella no entiende su visión.
Y llega el inglés en ascesor, con su bigote su bastón, engañándola para hacerle creer que es un rico terrateniente divorciándose de su insufrible esposa. Y como siempre, se lía el nudo, y desenrredarlo es una tarea que todos hacen tirando de diferentes puntas hasta converger en una boda con bombo inglés incluido, un ahogado en el Sena y una bebé a la que le pondrán ropita verde.
En general, la película va de mentira en mentira de sus diferentes personajes para conseguir algo. Unos por maldad y otros por bondad, como la vida misma.
Así que no compartes la profesión de Irma? Jajajj
ResponderEliminarEs una de esas pelis que una nunca olvida.
La pareja Lemmon MacLaine es encantadora, de principio a fin.
Besos, Ana.
no vi irma la dulkce,,,pero las peliculas de wilder son increiblesssss
ResponderEliminarseguramente es una exquisitess