Me pregunto si la vida pone trampas, es una trampa, o somos nosotros los que las ponemos a nuestro alrededor.
Trampas: creer que eliges bien tu carrera con 18 años, creer que alguien será tu amigo para siempre, creer que el primer amor es el que vale, pensar que te sacarás el carnet de conducir a la primera, o a la segunda (en mi caso hubo más veces), pensar que jugar a las casitas y olvidarte de ti es bonito, creer que un trabajo es para toda la vida, creer que a alguien le haces tilín y sólo era amable, creer que hacer el ridículo dos veces en 6 meses es más que suficiente (pueden ser más veces si no vigilas), pensar que tienes controlado a tu corazón (ni siquiera controlas tu mente, todo es un constante cambio), creer que un clavo saca a otro clavo continuamente (¿dónde diablos están esos clavos?), creer que ir al cine sola está guay (jajajajaja), o creer que salir a andar es muy muy sano ( lo que es, es muy muy aburrido), creer que cuando hay luna llena y la miras se cumplirán todos tus deseos (pffff), pensar que tu anónimo te dirá algún día quién es (por favorrrr dímelo, y eso que creo que tengo dos), creer que si miras hacia otro lado no te enterarás de nada, creer que leer a los clásicos o ver películas clásicas te hará más inteligente (unas más que otras, la verdad, La fiera de mi niña no me gustó nada), pensar que siempre eres poeta (mentira, los mejores son los que sufren ¿y quién quiere sufrir continuamente?), creer que las cocinas amarillas son bonitas, pensar que eres imprescindible (no lo eres, quizá para alguien en algún momento, es efímero), pensar que los lamentos quedan bien (noooo, lamentos no), creer sales muy mona de la pelu para ir a una boda, mirarte al espejo y ver a Falete, pensar que la vida es...la vida es....la vida...la vida vale, vívela, y de paso, ríete de ella. Pero colabora, No te quedes al margen, eso si que es la trampa, pensar que todo irá a ti sin mover un dedo.
Que no falte el sarcasmo, es lo que nos mantiene a flote.
La vida es una continua trampa y no deja de ponernos una zancadilla tras otra, pero que bonita es cuando nos regala un instante de esos con los que seguir manteniéndonos a flote.
ResponderEliminarMe encantó este texto.
Besos, Ana.