La pérdida de inocencia de un niño es triste. Y cuando se trata de tus propios hijos y además es un tercero el que se la hace perder antes de tiempo, te causa impotencia y mucho coraje. Siempre quisieras ser tú la que le descubras las cosas difíciles, complicadas, siempre quisieras ser la primera a tratar un tema delicado, mostrándole el punto de vista que quisieras que tuvieran, de la manera más natural y suave posible.
Pero llega una niña con muy mala leche y lo fastidia. Y tus hijos te sueltan unas preguntas y unas palabras que te horroriza escuchar de sus labios. Y solo esperas que se pongan a jugar a las muñecas y se les olvide por un tiempo al menos, y que a ti también se te olvide, que esa inocencia tan dulce se está acabando. Que no dentro de mucho la vida les abrirá otras perspectivas, necesarias muchas veces, no soy yo quien quiere tener a los niños en una burbuja, pero hay ciertas cosas que no son no apropiadas ni adecuadas a cierta edad.
Porque el brillo de esos ojos cambia cuando se va la inocencia, y no me quejo demasiado, porque hay demasiados horrores en el mundo y en los ojos de muchos niños, pero sinceramente, me molesta cierta crueldad gratuita.
Estoy contigo, me encantan los niños y es verdad, hay tanta crueldad que ????
ResponderEliminarDa pena de que se hagan mayores.
Todos los días durante un rato deberíamos de ser niños:)))
Los niños entre si son de una crueldad...
ResponderEliminarY no podremos protegerlos siempre.
Besos, Ana.