Dejó comida en la nevera para tres días. Compró espuma de afeitar y desodorante. Cambió las sábanas, las estiró mucho. Ordenó los libros y las películas. Los paquetes de cigarrillos quedaron ordenados en la cómoda del dormitorio y las zapatillas a los pies de la cama. Echó ambientador por toda la casa, con olor marino. Puso flores en un jarrón. Llenó la despensa de latas y picos, galletas y pasta. Repasó los pomos de las puertas con desengrasante. Ahuecó cojines y puso una manta en el sofá. Sacó brillo a los marcos de fotos y planchó todas las camisas y pantalones. Por si acaso, también compró una docena de calzoncillos nuevos y calcetines negros y marrones. Regó las plantas. La casa quedó limpia y ordenada. No notaría nada hasta que abriera los armarios. Metió sus cosas en una maleta y se marchó con un billete de tren en la mano. No le dejó ninguna nota, solo una foto de su ojo morado y su labio partido dentro del cajón de su mesita de noche.
yo me iría sin más.¡ que se muriera ¡
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