Todos y Sofía: Día Internacional de la Mujer, y yo con estos pelos

No soy fan de los "día de", me agobian en realidad. Y hoy es el día Internacional de la Mujer, y eso está muy bien, pero siempre caemos en el mismo tópico cuando hablamos de un día especial para algo. ¿Qué pasa el resto de los días? Si solo es una celebración está bien, cuando se convierte en un circo, no. A todos nos gusta que nos feliciten el cumpleaños (el mío está al caer, por favor), pero seguimos teniendo esos años 364 días más, que habrá que aprovecharlos.

A grandes rasgos, no he tenido problemas por ser mujer, tengo amigas que por lo visto sí. ¿He tenido suerte? No soy demasiado "activista", o no hasta ahora, depende de qué, sí luchadora, y cuando tengo que decir algo, lo digo. Pero en mi mente es tan normal el hecho de que la mujer es mujer y el hombre es hombre y que tenemos los mismos derechos, tan normal como pensar que una persona blanca es igual que una negra, que una religión merece el mismo respeto que otra, que una creencia (o no creencia) es tan válido como que cada uno piense o actúe como le de la gana acorde a su manera de ser o de creer. Vamos, que ir categorizando todo ya no me parece tan normal, lo normal sería no tener que hacerlo porque es tan obvio que no merece ni hablarlo. Pero no es así. En ningún lado. Mujer, iguales en derechos, iguales en salarios, iguales ¿iguales respecto a quién? Que se tenga que valorar eso es lo no razonable.

Hoy son nombradas por el maltrato, las desigualdades sociales, las complicaciones al ser madre y compaginar la vida laboral, y se nos olvida la mujer con todas sus letras, la mujer que ama, la que sufre a diario, la que lo da todo, la que se insinúa, la que lo dice claro, la mujer que ve más allá, la mujer valiente, la que arriesga, la que da, la que quiere más, la que no se esconde, hoy es el día de todas las mujeres, no sólo las que están más desfavorecidas, así que como hoy es mi día y soy apasionada, pícara, observadora, metepatas y un montón de calificativos más de todos los colores, buenos y malos, me voy a auto invitar a un pastel. ¿Quién me acompaña? Ni tan guapa ni tan fea ni tan mala ni tan buena, todas esas cosas y más. Tan normal como para poder decir que aunque soy mi capitana, y ésto es lo que hay, caminar junto a alguien es mejor que la soledad. Siempre. Cueste lo que cueste.

Horas después...